El éxito de ser un Godín

Los ves viviendo en una oficina mientras las teclas de la computadora producen una música al unísono de las impresoras y los cotilleos matutinos… o vespertinos. A la hora de la comida algunos llevan su tupper para seguir trabajando más adelante. Has oído hablar de ellos en las películas, en los memes de internet y hasta en conversaciones con tu familia o amigos, sabes que existen pero puede que no te hayas dado cuenta que eres uno de ellos.

Aunque parezca una introducción que quiera hacer burla de lo que es ser un godín, en esta entrada de blog nos sumergimos en una pequeña reflexión de lo que puede significar el éxito para un oficinista de cajón.

La respuesta corta sería: es una persona que trabaja en una oficina desempeñándose en alguna área administrativa o burocrática (por ejemplo), en un horario estandarizado de lunes a viernes (a veces sábado también) de 9 a 18:00 horas, para una empresa privada o institución pública. Tal cual. No hay mayor misterio. Sin embargo este término se hizo popular en la historia reciente de México, historia que veremos más adelante.

La palabra “godín” se ha usado muchas veces de forma despectiva, pues además de hacer hincapié en una imagen de trabajador de oficina común, también lo hace en suponer que siempre o casi siempre su salario es bajo, que su labor es repetitiva y de poca creatividad. Además de emplear el término para diferenciar una persona estancada laboralmente de alguien que aspira a no solo sobrevivir a la quincena, sino de evolucionar profesionalmente y ascender de puesto o emprender un negocio.

En otros países como Japón, hay un término equivalente para godín: Salaryman. Por lo que no cabe duda que hay fenómenos que son universales, y que la única distinción son dependientes de las culturas que las acuñan. En nuestro país no se tiene una certeza del origen de la palabra godínez, pero hay antecedentes que nos pueden dar una pista.

Fue a partir de los años 60 que México experimentó un cambio social que venía de la era agropecuaria e industrial, en cuyo caso no quiere decir que haya dejado de existir, sino que dio lugar a que la economía también se basara en servicios, cambio que significó la apertura de trabajo de oficina con mayor presencia.

Diversos programas de televisión de la época y de años más tarde fueron experimentando la difusión del término Godínez en sus personajes ficticios con las características que ahora conocemos. Personajes como Peritos de la telenovela “Gutierritos”, el doblaje de los Simpson sobre un empleado de un restaurante llamado Señor Godínez, así como la repetición de la misma palabra por el comediante Adal Ramones en su programa de televisión “Otro Rollo” en sus monólogos y sketches. Sea uno u otro, todos contribuyeron a que el término se popularizara y quedará como otro de los tantos objetos de sátira que el mexicano ha adoptado.

Como ya hemos visto, ser godín se encuentra en un estrato bajo de percepción social, se ha prestado para burla, pero como todo buen mexicano, nos reímos de nosotros mismos y lo incorporamos como algo natural en nuestro entorno.

Pero la pregunta como personas que queremos hacer de esto algo distinto es: ¿Y luego? No basta con saber de todo esto sin hacer reflexión alguna. Lo importante es que ya nos dimos cuenta que queremos algo más, y para ti que también lo buscas, hay dos perspectivas cuando eres un godín: criticar al dueño, o aprender de él o los mejores ejecutivos y ascender en la escalera de las oportunidades laborales.

Mucha polémica se ha levantado a partir de lo que han dicho personajes como Eugenio Derbez, en donde afirma que le da pesar el que algún prospecto de empleado pregunte: ¿Cuánto le van a pagar?, y hay un debate extenso sobre quienes están a favor o en contra. Muchos lo ven desde el lado del empresario, y otros sobre los derechos del trabajador. Aquí no entraremos en debate sobre el tema porque la situación es aparte, pero traemos esto a la mesa porque la pregunta es: ¿aprender sin un pago justo? Y es ahí donde la respuesta es abierta, porque lo ideal sería un punto medio para considerar el futuro como un todo, pues la experiencia que obtengas la puedes lucrar más adelante.

El éxito radica en aprender lo más que se pueda, en decidir el orden y prioridad de las tareas a realizar en tu trabajo y aportar valor en el mismo para aprender de quienes son tus superiores ejemplares. Ya sea que quieras ascender de puesto o crear tu propio negocio, superar no solo las expectativas de trabajo de tu jefa o jefe, sino de ti mismo y de lo que puedas hacer, rompiendo las rutinas y mejorando cada día, siendo proactivo, destacando sobre los demás que solo van por la quincena, puedes romper el círculo vicioso de la conformidad y hacer de ti alguien independiente y capaz de dejar de ser un godín promedio, y en su lugar ser un godín exitoso.