Breve historia del emprendimiento en México: Primera Parte

Hay una frase que reza: “La historia la escriben los vencedores”, George Orwell fue quien la dijo y es más que cierto. Ahora que estamos de celebración por la independencia de nuestro país, te traemos este especial de dos partes para que conozcas el contexto y las dificultades a las que como país nos hemos enfrentado para emprender. No solo eso, sino que al ahondar en datos del pasado, te darás cuenta de que la idea de crear un negocio dista mucho de lo que conocemos hoy en día, y que por más que queramos ser objetivos al respecto, hay mucha tela de dónde cortar para obtener una visión de la vida sobre el emprendimiento en México como Orwell ya lo dijo indirectamente. Así que tómate un pequeño break y disfruta este pequeño primer blog.

ANTECEDENTES EN EL VIRREINATO

Hablar de historia siempre conlleva muchas perspectivas, desde libros, revistas, afiches literarios, etc. Por el momento queremos que te lleves un pestañazo de lo que ha ocurrido en la historia del emprendimiento en México. Nos tomaría muchísimas páginas por un contexto completo de lo que representó el inicio de lo que eran los negocios en la época del virreinato, pero no tiene por qué ser complicado explicarlo de golpe.

En el siglo XVI los españoles inmigrantes reclamaron tierras en nuestro territorio para poder trabajarlas, por lo que el rey les concedió títulos sobre estas propiedades, despojando a los indígenas de sus grandes extensiones de tierra. Después de estos acontecimientos, ya en el siglo XVII, la administración de estos latifundios quedó a cargo de la nobleza y socios de la época. Con esto podría decirse que así se crearon las haciendas, lo que hoy llamaríamos quizá como el equivalente de un negocio. En estas haciendas se explotaba la tierra, la ganadería y la minería y su ubicación siempre fue a las afueras de las ciudades de aquel entonces.

Suena bastante turbio el origen de estas actividades empresariales al vernos implicados ante la fuerza extranjera en estos hechos; sin embargo, con el tiempo también se exigió un salario a las personas que trabajaban la tierra como prestación de servicios, por lo que aquí entraríamos a la época industrial en la que el empleado es la fuerza de trabajo, cuestión que daría para otra entrada de blog por separado.

Antes de terminar este apartado hay que aclarar que hay varios puntos: Los peones que trabajaban las tierras fueron retenidos por medio del endeudamiento. No obstante, la gente de a pie que todavía conservaba sus tierras pudieron contribuir a la economía de la época, cultivando frijol, maíz, chile, maguey, entre otros insumos. Sin mencionar que la Iglesia tenía poder económico y político sobre estas actividades también.

EL PORFIRIATO

Ha habido mucho debate sobre si el porfiriato fue la época de oro de la economía en México o si fue la dictadura que todo el país quiere que nunca suceda de nuevo. Aquí no entraremos en debate, solo daremos un pequeño paseo por aquí con propósitos educativos y que cada quien haga su respectiva investigación y saque sus propias conclusiones.

Estamos hablando del fin del siglo XIX y principios del XX, casi un siglo después de los eventos de la independencia de nuestro país. Por fin nos habíamos librado de la Corona española y sus privilegiados, ahora llegamos a ser un país que puede sostenerse por sí mismo. Años después, el General Díaz se opuso a la presidencia sinfín de Benito Juárez, que tenía intenciones de seguir en el poder y que al final lo tuvo, y entre ese hecho y la reelección de Sebastián Lerdo de Tejada, y sin extender tanto la historia, Porfirio Díaz obtuvo el poder hasta 1877 después de tantos enfrentamientos armados.

Sabemos a la fecha que hemos pasado por muchas dificultades, y que esta historia continúa dando de qué hablar. Pero en la época del porfiriato podemos decir que hubo ciertos avances tecnológicos y propios de la era industrial que impulsaron la creación de monopolios, especialmente de una esfera reducida de inversionistas. Aunque en esa época existieron muchas inconsistencias como la no inexistencia de una calidad estandarizada, la explotación de trabajadores, y el pisotear a las pequeñas y medianas empresas de artesanías, textiles, etcétera, como lo recalcó Fernando Rosenzweig en su estudio plasmado en la Historia Moderna de México.

Emprender en esta época suponía que tenías que conformarte con la rebanada más pequeña del pastel, a menos que fueras extranjero y tuvieras un capital enorme de inversión para llevarte jugosas ganancias. Podemos imaginar entonces al artesano o al dueño de un taller manufacturero doblando las manos para complacer a las grandes industrias de ese tiempo. Vaya dificultad, ¿no crees?

En la segunda parte de este especial del mes patrio sobre la historia del emprendimiento en México, hablaremos sobre las implicaciones de la empresa en el siglo XX y cómo ha repercutido en nuestra sociedad actual, nos vemos la siguiente semana.